¿Qué piensas que puede aportar la tecnología a la enseñanza de lenguas extranjeras? ¿Por qué?

 Aquí estamos de vuelta para hacer uso de este blog multifuncional 😀

En esta ocasión voy a hacer una reflexión sobre el uso de las tecnologías en la enseñanza de lenguas extranjeras.

Es innegable el cambio que ha sufrido la enseñanza debido a la situación de pandemia mundial que hemos sufrido. Gracias a la tecnología hemos podido continuar impartiendo y recibiendo clases de un modo, en ocasiones, totalmente improvisado puesto que no estaban instauradas aún estas competencias en determinados centros educativos. Pero el esfuerzo se ha visto recompensado evaluando la situación a escala general y teniendo en cuenta un posible futuro educativo.

Hace unos años, gracias al auge de las redes sociales, surgieron otras maneras de enseñar idiomas. Ese tipo de profesores correspondían a un grupo en donde los más avispados y puestos al día en recursos digitales creaban un concepto nuevo de enseñanza. Videos en Youtube, perfiles en Twitter, Instagram, blogs personalizados... Es decir, el concepto de enseñanza a nivel general a cambiado, fomentándose el estudiante autónomo gracias a la gran cantidad de aplicaciones y recursos disponibles. Y los que no usaban estos recursos han acabado sucumbiendo a ellos. Renovarse o morir...

En este sentido me hago la pregunta: ¿qué puede aportar un profesor de idiomas a un estudiante que tiene todo este abanico de posibilidades? Porque se han ampliado los recursos tanto para los docentes como para los propios estudiantes.

Al igual que la tecnología, la sociedad avanza a pasos enormes. Vivimos en un mundo globalizado e interconectado en donde se nos ha facilitado enormemente la comunicación. Debemos aprovechar todo esto en aras de un uso real del idioma extranjero. Vivimos ya en el mundo de la comunicación mixta, es parte de nuestro día a día. Escribimos con mensajes de Whatsapp casi una trascripción literal de lo que diríamos si tuviésemos a la persona delante. También, los comentarios que aportamos en Google cuando visitamos un establecimiento poseen una estructura ya definida. Es decir, la comunicación y los idiomas evolucionan con los avances tecnológicos y lo continuarán haciendo.

Por todo esto y más que tiene que llegar, la tecnología aporta una realidad. Aporta la posibilidad de incluir en el aula elementos y dispositivos que los propios alumnos puedan usar fuera de ella. Y aporta además la enseñanza de otros elementos diferentes al propio aprendizaje del idioma porque, al igual que la interculturalidad o el desarrollo de las habilidades metalingüísticas, la tecnología les facilitará el uso de los idiomas en el entorno en que decidan usarlo.

Obviamente como docentes debemos tener en cuenta el tipo de estudiante, pero puede resultar un reto motivador para los que no son todavía muy tecnófilos.

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